Children of the sun
"Dale efecto a la bala"
Children of the sun nos plantea una premisa de esas que solo funcionan con un mando (o un ratón) en la mano, de las que son puro videojuego y que con apenas dos trazos de narrativa visual y muchísimo peso en la jugabilidad, consigue transmitir una experiencia realmente única. Somos una francotiradora con poderes psíquicos en busca de venganza contra el culto que nos jodió la vida, así en general, y contra su líder de forma particular. En cada nivel dispondremos de una única bala, que, al acabar con un enemigo, podremos volver a "disparar" desde el punto donde impactamos a nuestro objetivo. Si la bala golpea el suelo o algún obstáculo es game over y toca volver a empezar desde el principio, por lo que la idea es acabar con todos los enemigos de cada nivel "de un solo disparo".
El resultado de ejecutar esta premisa es un juego de puzles en el que observar, medir y calcular la mejor ruta posible para nuestra bala, mientras hace turismo de un cráneo a otro. Para esto tendremos todo el tiempo que queramos para localizar a los enemigos y marcar el orden que queremos seguir, pudiendo desplazarnos por el perímetro del escenario tan solo con desplazar el ratón. Una vez tenemos nuestro plan armado, podremos abrir fuego y ahí es cuando empieza la chicha.
Tener un plan esta muy bien, pero muchas veces nos daremos cuenta a mitad de ejecución de que hemos caído en un ángulo muerto o que el objetivo al que queríamos apuntar a continuación se ha movido del sitio donde esperábamos encontrarlo. Ahí es donde entra cierto grado de improvisación que se beneficia de la interactividad de ciertos elementos del escenario, como los depósitos de gasolina de los coches o incluso los pájaros que sobrevuelan el mapa.No solo es la ejecución de nuestro plan donde encontramos el reto y la satisfacción en este titulo, sino que el juego incorpora un marcador de puntuación que ira sumando puntos con cada eliminación, otorgando puntos extra si cumplimos determinados hitos, como acertar en la cabeza. Si encadenamos una eliminación tras otra rápidamente, el marcador nos mostrará un multiplicador que alimentará nuestra puntuación total y dará un masajito a nuestro cerebro.
A medida que pasan los niveles obtendremos nuevas habilidades, como la de inclinar ligeramente la trayectoria de la bala para sortear obstáculos o acelerar la bala a una velocidad de infarto para penetrar la armadura de los enemigos blindados. Piezas que complican un puzle que, incluso si prescindiésemos de estos elementos, escala en dificultad de una forma realmente interesante, proponiendo niveles con un diseño cada vez mas desafiante para nuestra visión espacial.
Me he encontrado mas de un nivel y mas de dos y mas de tres que he querido repetir varias veces, pulir la técnica, rascar milésimas o plantear rutas alternativas para superar mi puntuación y escalar unos escasos escalones en el ranking global de cada nivel del juego. Y honestamente creo que es un juego que se disfruta muchísimo mas de esta manera, tomándose cada nivel como un reto individual al que dedicarle tanto tiempo como queramos.
Cada pantalla puede superarse en unos pocos minutos, aunque hacia el final del juego se vuelven mas exige. Con todo el juego no es excesivamente largo, me ha tomado unas tres horas y media incluso dedicándole un buen rato a algunos niveles, pero no es un juego que recomendaría para pasarte en una tarde. Creo que el juego brilla especialmente cuando le prestas atención y intentas encontrar no solo una forma de resolver el puzle que plantea en cada escenario, sino cual es la mejor forma de hacerlo.
Algo que me ha encantado de este juego es que al acabar al acabar cada pantalla, la cámara se sitúa sobre el escenario, permitiendo ver todo el nivel y una linea amarilla traza el camino que ha seguido tu bala, formando una constelación que une todos tus impactos. Y esto me ha encantado no solo por ser satisfactorio de ver y entender la ruta realizada, sino porque visualmente es muy llamativo.
Y es que Children of the Sun pone mucho peso en lo visual, estableciendo una estética en la que lilas y morados tomaran control del escenario, mientras que los enemigos brillaran de un tono naranja que contrasta con fuerza. Hay algo en esta elección de colores que, mas allá de otorgarle una personalidad y un estilo visual instantáneamente reconocible al juego, refuerza la narrativa de una forma particular. Nuestra protagonista esta obsesionada con la venganza, y que el único elemento que destaque en un fondo de colores oscuros sean sus futuras victimas nos muestra lo centrada que está en derramar su sangre. Hay otra capa en esto, un tanto mas sutil, y es que las fuentes de luz también brillan y en prácticamente todos los niveles me encontré dejándome los ojos para discernir si aquel fogonazo naranja detrás de la ventana era un enemigo o un farol, persiguiendo fantasmas de enemigos que nunca estuvieron ahí.
Ese estilo visual tan marcado puede ser un arma de doble filo, pues entiendo que pudiera echar para atrás a determinado publico, pero os aseguro que independientemente de si os entra mejor o peor por los ojos, es un juego que transmite de una manera genial el movimiento y la velocidad de la bala, que te pone en la piel de una cazadora meticulosa y que, en resumen, engancha cuando lo tienes entre las manos. Si como yo, conseguís conectar con el juego preparaos para una experiencia centrada en una propuesta tan simple como efectiva: Medir, ejecutar, repetir.
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