Review: Naruto Ultimate Ninja Storm


Ultimate Ninja Storm es un baño de nostalgia que resume lo mejor del anime sin perder nada esa esencia tontorrona que caracteriza el inicio de la historia de Naruto. Todo un éxito, vaya que si.



La nostalgia es un sentimiento muy poderoso, pues es la fuerza que nos conecta con nuestra infancia, con los lugares que visitábamos siendo niños, con las películas que veíamos en bucle, con la gente que estaba entonces, pero ya no nos acompaña. Por ponerlo simple, la nostalgia nos estira hacia tiempos mas sencillos, donde había menos preocupaciones y menos problemas, o al menos eso nos hace creer. Su fuerza es tan notoria que en los últimos años, tal vez la ultima década, vemos como las empresas tiran cada vez mas de nostalgia para vendernos sus productos. Vemos remakes de películas clásicas, la moda se parece a la que había cuando éramos niños o adolescentes e incluso la Dua Lipa ha sacado una canción con el i’m blue como base, todo para capitalizar ese sentimiento tan inocente.

Porque la nostalgia muchas veces es un refugio, uno del que puede resultar difícil salir porque hoy todo parece peor que hace 10 o 20 años y nuestro cerebro busca desesperadamente algo cómodo a lo que aferrarse en una vorágine de pesimismo, a pesar de que problemas ha habido siempre, solo que eras un niño y tus problemas eran mas sencillos.

Cuando era pequeño, uno de mis amigos tenia el Naruto: Ultimate Ninja Storm para la PS3 y a mi me fascinaba ese juego. Naruto fue uno de los primeros animes que empecé a ver, lo emitían por la mañana en la tele y al no poder seguirlo diariamente era una serie como muy mística para mi yo de 11 años. Un día se estaban pegando con tipo con una katana enorme, luego estaban en un bosque con serpientes y mas tarde había un torneo y entre historias a veces Naruto se ponía a hacer de recadero. Cuando descubrí las paginas de anime piratilla fue como abrir mi conciencia a un nuevo nivel y pude poner orden a esas historias inconexas que había visto en la tele.

Y entonces entendí que, en efecto, Naruto es la polla.


Cuando hablo con mis amigos o con gente en internet, parece que no nos guste Naruto a nadie y eso es porque los puntos bajos de la serie son realmente bajos y se les puede sacar mucha comedia. Pero en el computo general, Naruto es la polla. Esta lleno de momentos icónicos, escenas espectaculares y peleas legendarias y Ultimate Ninja Storm era como el anime pero, de alguna forma, mejor.

En casa de mi colega solo jugábamos uno contra uno, aunque creo que alguna vez me puso una de las cinemáticas de la historia porque creo recordar la escena final del combate contra Gaara. El cabrón se pillaba siempre a Kakashi y me daba hasta en el carnet de identidad porque… bueno, el juego no era mío, no tenia play y ese mando se me hacia raro de narices. Además me pillaba siempre a Shikamaru que era mi favoritos del anime, pero en el juego era bastante meh.

Al igual que en su momento descubrí las paginas de anime y “ascendí” hace cosa de un año me compré la colección de los tres Ultimate Ninja Storm para Switch y por fin pude jugarlde principio a fin el primer titulo.

Estas primera entrega cubre la historia del inicio del manga de Naruto, básicamente desde que empieza hasta que marcha a entrenar con Jiraiya durante dos años largos. Lo que muchos conocen como la parte de Naruto chiquito o directamente, la parte buena.

A lo largo del modo historia reviviremos momentos históricos de la saga, como la pelea entre Kakashi y Zabuza, los exámenes de Chunin y ese primer enfrentamiento entre Sasuke y Naruto que tantos AMV generó hace años. Pero esto no se trata únicamente de recrear con exactitud las escenas del anime, sino que cuenta con escenas y animaciones propias, que cuentan mas o menos lo mismo, pero de una forma que me atrevería a decir, es mas espectacular.


Si viste el anime o leíste el manga antes de jugar vas a estar vibrando con estas escenas y si llegas de nuevo, lo cual es un poco raro, dado que el target de este tipo de juegos son los fans de la serie, pues te vas a enterar de todo el argumento y además de forma resumida y con mas lucecitas.

Pero personalmente no es esa vuelta a la historia lo que ha hecho retroceder 15 años en el tiempo, sino todo lo demás.

El juego tiene como mapa o hub central la villa oculta de la hoja, una extensión bastante grande y en la que podemos encontrar muchos de los rincones icónicos de la saga: la casa de Naruto, el edificio del Hokage, el balancín triste, la tienda de ramen de Ichiraku, etc. Realmente no hay mucho que hacer por aqui mas allá de algunos coleccionables escondidos, pero el simple hecho de poder explorar la aldea ya es super disfrutable. Lo primero por el set de movimientos de Naruto, siendo capaz de caminar por las paredes, propulsarse con la ayuda de un clon y balancearse por los cables de tensión.

Y lo segundo, que aqui entiendo que el valor se lo da cada uno, por el hecho de poder explorar ese lugar donde ocurrieron gran parte de las aventuras de uno de mis héroes de infancia. El diseño de los edificios y de la villa en si misma siempre me ha parecido como muy molones y creo que Kishimoto, el autor del manga, brilla especialmente a la hora de dibujar los escenarios de su obra. Poder pasearme libremente y con un surtido kit de movimientos me ha resultado honestamente disfrutable por si mismo. Un poco como el ir balanceándose en el spider-man de ps4 pero menos guay.

Además de las misiones principales, hay toda una serie de misiones secundarias disponibles que prácticamente duplican el contenido del juego. Estas se pueden dividir entre combate random, minijuego o repetir un combate contra un Kaiju pero más difícil, pero la actividad en si no es lo que me parece especialmente relevante, sino el por que se lleva a cabo esta actividad.

Si habéis visto el anime de Naruto al completo habréis pasado por largas etapas de capítulos de relleno. Capítulos en los que Naruto es emparejado con alguno de los personajes secundarios y tiene que irse por ahí a resolver alguna misión que por lo general es de escasa importancia. Y se que, a excepción del capitulo de la mascara de Kakashi-sensei que es peak comedia, este relleno es bastante odiado por el publico. Comprensible, claro, te paran la acción central para contarte que se ha escapado una puñetera avestruz y de repente todos esos ninjas con capacidades loquísimas son incapaces de atraparla o que hay una chavala de la aldea de la arena que le tiene miedo a las armas porque sus padres son los únicos personajes de toda la serie en morir a golpe de shuriken.


Pero para mi, hay algo de nostalgia en esos capítulos. No puedo decir que me encanten, o que me acuerdo en detalle de su argumento… pero con el tiempo he empezado a recordarlos con algo de cariño. A veces pasamos por alto el detalle de que Naruto y compañía tienen apenas 12 años al principio de la serie los convierte en niños soldado y bien pensado eso no mola demasiado. Aunque la serie trata el ser ninja como algo super molón y el trauma de niño soldado se lo reservan para determinados personajes o arcos, eso no quita que sean críos y los críos tienen que poder jugar y hacer el bobo, aunque estos en vez de jugar a futbol se dediquen a mediar en conflictos entre naciones.

Y precisamente esas misiones secundarais recogen el espíritu de esos capítulos de relleno. Conflictos carentes de gravedad como que Kiba esta picado por alguna tontearía o que Hinata quiere hacer ejercicio porque se siente gorda (vale esto ultimo igual es un poco preocupante) , problemas de niños protagonizados por niños. Y no puedo evitar sentir cierta nostalgia al ver a esos personajes que ya conozco y que he visto crecer, a los que he visto tener que tomar parte en una guerra por el destino de su planeta y que ahora vuelven a ser niños ajenos a todo lo que les está por venir.

Ese espíritu infantil y desenfadado, de no tomarse las cosas en serio, del Naruto que huía por las calles de Konoha después de hacer alguna trastada esta también presente en algunas de las actividades paralelas que ofrece el juego.

En Konoha hay varios personajes que nos pedirán que completemos una serie de coleccionables, siendo uno de ellos el maestro Ichiraku, el de la tienda de ramen, que esta buscando nuevos ingredientes para añadir al menú.

Al acabar una misión, tanto si es principal como si es secundaria, aparecerán en el escenario una serie de pergaminos para recolectar. En general suelen estar seguido unos de otros para hacer una especie de trazado de parkour, aprovechando al máximo el set de movimientos de Naruto. Estos pergaminos sirven para desbloquear X , así que la importancia es relativa a cada cual. Por mi parte fue mas por coleccionismo que otra cosa. Los pergaminos, por cierto, no se acumulan. Si al acabar la misión no los recoges y empiezas otra, los de la primera misión habrán desaparecido así que no puedes acumular varias tandas de estos para hacerlos de una. Si el juego hubiera puesto ese detallito de calidad de vida habría sido genial porque recolectar los pergaminos esta gracioso, pero si tienes que hacerlo despues de cada misión a veces da un poco de pereza.

Porque por mucho que la nostalgia sea lo que me hace ver el juego con una perspectiva mucho mas amable, lo cierto es que el sistema de combate es tremendamente disfrutón por si mismo. Podrías poner ragdolls completamente blancos con los mismos combos y movimientos y el combate se sentiría igual de bien, aunque es cierto que balance lo que se dice balance el juego no tiene mucho. Tampoco es que importe, no creo que el juego pretenda competir en ningún momento con un Street Fighter o un Tekken. Es un juego de peleas de un anime, esta para fliparse usando al Kakashi o al Neji y reírse con un amigo sentado a tu lado en el sofá.

Si este juego hubiese salido este mismo año, probablemente lo habría visto con otros ojos, probablemente la recolección de pergaminos me habría parecido repetitivo e innecesario. Quizás me habría preguntado para que sirve tener tanta movilidad si luego apenas hay elementos interactuables en el escenario. Quizás me habría quejado por el hecho de que la mitad del juego son misiones secundarias. En serio, el juego son 101 misiones y 50 son secundarias y 51 de historia principal.

Pero todo eso carece de importancia frente al sentimiento de nostalgia que consigue avivar constantemente en mi corazoncito de otaku. Que ese sentimiento tampoco le quite valor a lo que plantea el juego. Al Hokage lo que es del Hokage, el núcleo jugable que son las peleítas están realmente bien conseguidas y el repaso a la historia del manga de esta forma tan espectacular hacen que, independiente de cuántos años hace que te viste la serie o incluso si no te has visto la serie en absoluto, este juego sea una aventura realmente disfrutona.



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