Aragami: el camino de la sombra tenue
"Una propuesta interesante para el genero de sigilo, pero con una ejecución que tiene... sus luces y sombras"
Aragami es un titulo de sigilo e infiltración que nos pone en la piel de un espíritu vengativo conocido precisamente como Aragami. Invocados por una joven encarcelada por un malvado clan de guerreros, nuestro objetivo será reunir las seis reliquias que mantienen sellada a nuestra invocadora para liberarla.
Con ese objetivo en mente, recorreremos una serie de escenarios valiéndonos de nuestro repertorio de poderes de las sombras, siendo el mas relevante la capacidad para teletransportarnos a cualquier sombra que haya en un pequeño radio a nuestro alrededor. A medida que avancemos, obtendremos otros poderes como el de crear pequeñas zonas de sombra, que nos servirán tanto para camuflarnos como para poder saltar a zonas a las que normalmente no podríamos acceder, o el hacernos invisibles durante un breve periodo de tiempo.

La chicha del juego esta en el diseño de sus niveles y en como luces y sombras cobran un papel protagonista en este. En función de la luminosidad, será mas fácil o mas difícil pasar desapercibido, habiendo tres niveles de esta: la sombra completa, donde será muy difícil que nos vean, la oscuridad tenue, que es lo que cubre la gran mayoría del escenario y las zonas totalmente iluminadas, en la que nos verán casi instantáneamente.
Además, nuestros poderes dependen de una reserva de energía, señalada visualmente con las marcas de nuestra capa, que se recargara solo cuando estemos en total oscuridad y que se drenara rápidamente si la luz nos toca directamente, por lo que incluso si con nuestro repertorio podemos escapar con relativa soltura, nos interesa tener siempre cerca alguna sombra en la que cobijarnos y recargar nuestros poderes.
El diseño de los niveles se centra mucho en crear distintos caminos de sombras por los que atravesar el escenario, dando varias rutas hasta llegar a algún cuello de botella que sirve de conexión con la siguiente zona del nivel. Llegar de una punta a otra implica andar observando el entorno y los patrones de movimiento de los enemigos, buscar caminos de sombras que nos permitan esquivar las patrullas o incluso desvíos ocultos que nos facilitan la vida.
Repartidos por el escenario hay una serie de pergaminos ocultos, los cuales actúan como puntos de experiencia con los que desbloquear y mejorar nuevas habilidades y poderes para Aragami, añadiendo nuevas herramientas con las que hacer frente a los niveles.
A completar cada nivel el juego nos otorga una puntuación, además de tres medallas distintas en función de nuestro desempeño, una si no nos detectan, otra si eliminamos a todos los enemigos del nivel y otra si completamos el nivel sin liquidar a ningún guardia. Estas dos ultimas son totalmente incompatibles, por lo que si queremos completar el juego con todas las medallas, tendremos que volver a jugar cada nivel, como mínimo, dos veces.
En el primer nivel, eliminé a todos los guardias un poco sin pensar, la verdad. En mi cabeza tenia sentido que para avanzar de un área al siguiente seria un requisito haber limpiado de enemigos el escenario, pero al comprobar que no era necesario, decidí intentar pasarme el juego de la manera "pacifica".
Así que quitando el primer y el tercer nivel, en el que maté a un guardia por... torpe, básicamente (tenia sueñito y le di al botón de matar en piloto automático), el resto del juego lo superé sin derramar una gota de sangre y en perspectiva, creo que tomé la decisión adecuada.
Acabar con todos los enemigos en los primeros niveles es algo bastante asumible, pero a medida que los escenarios se van volviendo mas y mas grandes, habría tenido que hacer un esfuerzo activo en encontrar a todos y cada uno de ellos. Y aunque el juego ofrece un sistema de mejoras que te permite, llegado a cierto punto, marcar o detectar a los enemigos en el escenario, habría sido una cacería un tanto sin sentido.
El camino intermedio, el de eliminar solo a algunos guardias, habría sido demasiado fácil. El juego tiene una dificultad bastante asumible, he tenido que repetir algunos segmentos varias veces pero en el 95% de las veces se debía a haber cometido algún error, siempre que me pillaban era consciente que era culpa mía. Si hubiera decidido eliminar a los guardias que me resultasen mas molestos, no habría tenido que evaluar estrategias ni aprendido a jugar mejor. El juego habría sido llano y sin obstáculos, hasta el punto de volverse aburrido.
Limitarte como jugador y decidir no eliminar a nadie hace que la experiencia sea algo mas complicada, pues en mas de un cuello de botella vas a tener que ser rápido como el rayo, vas a tener que plantearte rutas mejores y, en definitiva, tendrás que currártelo un poco mas para completar el juego. No llega a ser difícil, pero desde luego es una experiencia mucho mas gratificante que la de ir allanando el camino en línea recta.
Personalmente, me gusta mucho el concepto de las limitaciones opcionales, ya sea porque el juego te las ofrezca, con o sin incentivos (en este caso conseguir las monedas te otorga distintos aspectos para Aragami) o porque los propios jugadores deciden marcarse una serie de retos, como los nuzlocke de Pokémon, las runs de solo X armas en los souls o los mas abundantes "por mis huevos/ovarios que esto lo hago yo así" que a veces se nos mete entre ceja y ceja.
Aunque siendo totalmente sincero, Aragami no es un juego que me haya entusiasmado, veo lo que intenta plantear y lo aprecio genuinamente, pero aun con la limitación de no matar enemigos, ha habido muchos niveles que se han sentido como un tramite, sin complicaciones ni nada que me resulte especialmente memorable de ellos.
Siendo justos hay que mencionar que es el primer juego del estudio Lince Works, por lo que también cabe dar cierta manga ancha y no ponerse tan pejigueros como si el juego lo firmase un gran estudio y en conjunto, sin ser sobresaliente, es una propuesta interesante.
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